¿Por qué gatos?
¿Por qué elegimos a los gatos como compañeros en nuestro centro?
Los gatos poseen un carácter más reservado, lo cual suele ser más afín a la personalidad de las personitas con autismo a quienes atendemos. Además, la frecuencia de vibración de su ronroneo tiene propiedades sanadoras, lo que puede contribuir al bienestar emocional de los niños.
Pero más allá de estas características, los resultados obtenidos con las terapias de gatos en personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) han sido verdaderamente asombrosos. Numerosos estudios han demostrado que la interacción con gatos puede ayudar a reducir los niveles de estrés, ansiedad y agresión en individuos con TEA. La presencia de un gato puede ofrecer una sensación de calma y seguridad, proporcionando un vínculo emocional invaluable para aquellos que tienen dificultades para conectar con otros seres humanos.
Además, la responsabilidad de cuidar de un gato puede ser una experiencia terapéutica en sí misma. Ayuda a desarrollar habilidades sociales, como la empatía y la comunicación no verbal, así como habilidades prácticas, como la rutina y el cuidado personal.
Al ubicar nuestro centro en una zona urbana, nos enfrentamos al desafío de minimizar las posibles molestias para nuestros vecinos. Los gatos, siendo naturalmente más silenciosos que los perros, nos ayudan a evitar conflictos y a mantener armonía en el entorno. Además, teniendo en cuenta que ya contamos con un refugio para perros a cargo de Zoonosis, hemos decidido ampliar nuestro compromiso con el cuidado de los animales al ofrecer un hogar también a los gatos.
En resumen, elegir a los gatos como compañeros en nuestro centro no solo responde a sus características naturales que se ajustan a nuestras necesidades, sino que también nos permite fomentar una convivencia pacífica en nuestra comunidad, mientras proporcionamos una terapia beneficiosa y enriquecedora para las personas con TEA que atendemos.